sábado, 25 de junio de 2022

Ciclo C - TO - Domingo XIII

 26 de junio de 2022 - XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – Ciclo C

     

"Jesús decidió irrevocablemente ir a Jerusalén"

   

  Lucas 9,51-62

 

      Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó

la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.

      De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento.

Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

      Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:

      - Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?

      El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.

      Mientras iban de camino, le dijo uno:

      - Te seguiré adonde vayas.

      Jesús le respondió:

      - Las zorras tienen madriguera y los pájaros nido, pero el Hijo del

Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.

      A otro le dijo:

      - Sígueme.

      El le respondió:

      - Déjame primero ir a enterrar a mi padre.

      Le contestó:

      - Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el

Reino de Dios.

      Otro le dijo:

      - Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia.

      Jesús le contestó:

      - El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el

Reino de Dios.

 

Comentario

 

      Más allá de la referencia geográfica, la expresión de S. Lucas que

expresa la decisión de Jesús de dirigirse a Jerusalen, tiene un contenido

teológico, pues compendia la existencia entera de Jesús como camino hacia la

cruz y la resurrección.

      El tercer evangelio presenta una estructura narrativa original pre-

cisamente entorno al "largo viaje" de Jesús a Jerusalén. Esta amplia sección

comprende desde el Cap. 9 hasta el 19 y culmina con la entrada de Jesús en

Jerusalén aclamado por la multitud. Desde allí empezará después a difundirse

la Palabra de Dios, como el mismo Lucas cuenta en los Hechos de los

Apóstoles.

      En la segunda parte del evangelio de hoy encontramos algunas condi-

ciones del seguimiento de Cristo. Jesús se pone en camino y su movimiento

produce en torno a sí reacciones muy diversas, pero se diría que todos tienen

que tomar una decisión frente a Él.

      Los tres casos concretos que aparecen nos muestran un aspecto esencial

de la vida de Jesús: su pobreza, y también la prontitud, radicalidad y

constancia que son necesarias para optar por el seguimiento de Cristo.

      En estos breves trazos se delinea ya la vida de los que mediante el

bautismo se irán incorporando a Cristo y son una llamada a un seguimiento

radical que configurar el estilo de vida de quienes, movidos por el

Espíritu, pretenden reproducir en la Iglesia de todos los tiempos el modo

histórico de vida que llevó el Hijo de Dios en la tierra.

 

                          De Nazaret a Jerusalén

 

      Hoy nos presenta el evangelio el inicio del largo viaje de Jesús desde

Galilea a Jerusalén, "cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran".

Pero Jesús había subido ya muchas otras veces desde Nazaret a Jerusalén.

      Visto el evangelio desde Nazaret, cobra un especial relieve aquella

otra subida de Jesús con sus padres cuando contaba 12 años.

      Hemos dicho que la subida última da sentido por así decirlo a toda su

vida, puesto que Él mismo había anunciado repetidas veces que iba a Jerusalén

"para ser entregado en mano de los hombres" Lc 9,44. Y también da sentido y

esclarece plenamente el sentido de la primera subida, cuando Jesús se quedó

en Jerusalén sin que sus padres lo advirtieran. En aquel momento Jesús

anunció ya, de forma misteriosa, que lo suyo era ir a Jerusalén y "estar en

la casa del Padre".

      Los primeros seguidores de Jesús en el camino que lleva a Jerusalén

fueron María y José. También ellos tienen que aprender en época temprana lo

que es el desprendimiento y la pobreza, lo que es dejar todos sus proyectos

personales y su modo de vivir para iniciar un camino nuevo inaugurado por la

venida del Hijo de Dios a la tierra para salvar a los hombres.

      En Nazaret, a lo largo de otras subidas, esas actitudes básicas del

discípulo se fueron consolidando de modo que cuando se trató de ir defi-

nitivamente a Jerusalén, María no dudó en ir también. "Estaban junto a la

cruz de Jesús su madre..." Jn 19,25.

 

Nuestro seguimiento

 

      Después de la ascensión ya no se camina por la tierra de Israel para

seguir a Jesús. Sin embargo, son muy importantes los testimonios de los que

entonces fueron tras Él porque traducen de forma realística las actitudes

perennes de quienes lo aceptan como el Señor de su vida por la fe.

      Todos los testimonios son aleccionadores, incluso los de quienes

no lo siguieron, pero a nosotros nos estimula, sobre todo el ejemplo de María

y de José.

      Viéndolos a ellos caminar con Jesús aprendemos de forma intuitiva lo

que significa "no tener donde reclinar la cabeza", ellos que vivieron las

horas de Belén y de Egipto. Aprendemos de ellos a decir sí con prontitud, sin

demasiadas dilaciones ni razonamientos. "He aquí la esclava del Señor" Lc

1,38. "Cuando despertó José‚ hizo lo que le había dicho el Ángel y se llevó

a su mujer a su casa" Mt 1,24.

      Pero, sobre todo, aprendemos en Nazaret lo que es la perseverancia en

el seguimiento. Lo que es seguir a Jesús por años y años sin "mirar atrás".

Cuando María y José‚ dijeron sí, rompieron definitivamente con las amarras del

pasado. Su vida, como la de los pobres de Yavé, estaba únicamente pendiente

del Señor que les había llamado. Su vida se construía hacia el futuro, hacia

lo que se podía esperar de aquel hijo que de forma tan misteriosa había

aparecido en su existencia llenándola completamente de esperanza.

 

VOLVER A NAZARET - TEODORO BERZAL hsf

 

 

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